Durante sus veintidós páginas, Sober realiza un análisis severo a la relación entre los genes y el rasgo, haciendo hincapié también en la influencia del entorno. Gran parte del texto se centra en cómo se comprenden estos fenómenos y qué relación tienen entre ellos, aunque con un nivel mucho más técnico que divulgativo. Al final, aunque después de su lectura cueste un poco asimilar tanta información, el mensaje del autor y su intención quedan más o menos claros.
Tras
su lectura, toca preguntarse: ¿es suficiente para formularse una opinión sobre
este tema? Sober, en su ensayo, nos hace cuestionarnos cómo influyen los genes
y/o el entorno en los distintos y muy diversos rasgos de los seres humanos, ya
sean características de su personalidad o enfermedades mismas. Algunos ejemplos
que se nos presentan durante la lectura son la enfermedad de Tay-Sachs, discapacidad
mental o incluso la homosexualidad o heterosexualidad del individuo (un asunto,
por lo menos, polémico). Sin darnos respuesta acerca de estos conceptos, el
filósofo nos plantea posibles vías futuras para el desarrollo de la ciencia genética.
Si en algún momento del futuro, ya sea próximo o lejano, podemos remediar la
posible discapacidad mental de una persona, ¿podremos también transformar una
inteligencia “normal” en una “superinteligencia”? ¿Qué dilemas éticos se nos
presentarán al respecto? ¿Esto dará origen a una división de clases mucho más
profunda que la existente a día de hoy?
Son
preguntas que darían para largos y extensos ensayos, pero no son el camino que
queremos recorrer hoy. Volviendo al inicio del párrafo anterior y al texto en
sí, vamos a intentar contestar la pregunta en cuestión. ¿Nos permite el texto
de Sober hacernos una opinión más fundada sobre el tema? A grandes rasgos, no.
O al menos yo lo visualizo así.
Es
verdad que tras su lectura algunos conceptos como genotipo, fenotipo y rasgos
quedan bastante más claros, así como su influencia o posible influencia en las
características que nos definen como seres humanos. Sin embargo, tal como
comenté antes y desde mi percepción, el texto está lejos de ser divulgativo. No
podemos opinar sobre un tema sin conocerlo un poco más en profundidad, aunque
sea tal y como se lo contarías a un familiar. Tras leerlo, quedan claras las preguntas
que se plantea el autor, pero no cómo abordarlas uno mismo. Son cuestiones
demasiado complejas para que con la lectura de un único ensayo podamos establecer
una buena opinión.
Podemos
considerar el texto de Sober como los dispositivos que nos orientan en una travesía
de ferrocarril. Nos permite tomar la dirección correcta o más bien nos da la
capacidad de elegirla, pero lo que de verdad nos impulsa hacia ella es la
fuerza de nuestros motores. Necesitamos más ensayos, más artículos y mucha más
divulgación como combustible. Necesitamos conocer el tema antes de formularnos
una opinión sobre unos conceptos tan complejos. ¿Nos sirve el artículo de Sober
como ayuda? Sí, pero tan sólo es el inicio de un camino más largo. Un camino
que, tal y como se desarrolla la genética y las ciencias biológicas, todos
tendremos que recorrer en un futuro para poder interpretar correctamente hacia
donde se dirige la sociedad.
Comentarios
Publicar un comentario