Es lógico que el siguiente paso de la Humanidad en su
evolución sea su propagación por los distintos cuerpos del Sistema Solar. Somos
una raza que lleva en los genes la exploración, la curiosidad y las ansias
expansionistas. Actualmente sólo existen seres humanos en este planeta que nos
ha visto nacer y en pequeñas cápsulas de aire que flotan en el espacio a 400 km
de altura, las estaciones espaciales. Sin embargo, cada vez están más cerca los
objetivos de colonizar Marte y La Luna, hechos que se pueden dar en unas pocas
décadas, un lapso de tiempo lo suficientemente corto para resultar de gran
interés a las personas que viven hoy.
Por ello, en la asignatura de Periodismo Científico del curso
de Experto Universitario en Comunicación Científica, he decidido centrarme en este
tema. Aunque tengamos puesta la quinta marcha y vayamos lo más rápido posible,
en algo que se ha llegado a llamar la nueva carrera espacial, todavía quedan
muchas incógnitas para la sociedad de a pie. Desconocemos en gran medida el
impacto que tendrá todo esto en el futuro, no sabemos si algún día nosotros,
con un sueldo bueno en el mejor de los casos, conseguiremos viajar alguna vez
más allá de nuestro atmósfera. Una competición que trae detrás numerosos
problemas éticos, legales y morales. Una carrera que será clave en el futuro de
nuestra especie, en nuestra expansión por el Cosmos.
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