Primero seleccionamos el tema del
que hablaríamos y las posibles preguntas que este tenía asociadas. Hoy vamos a
centrarnos en los más que probables problemas que encontraremos en la búsqueda de
información y preparación del artículo. Al tratarse de un tema que puede llevar
ligada cierta polémica, creo que lo primero es posicionarnos claramente para
nosotros mismos. Pero cuidado, porque posicionarnos y tener una opinión clara
no tiene por qué ser reflejado necesariamente en el artículo. Esta “ubicación mental”
permitirá tratar la información con más cuidado, siendo conscientes de nuestra
visión y nuestros sesgos.
Y es justamente aquí donde
podemos hallar el primer gran problema. Vivimos en un mundo con un enorme
acceso a la información, aunque muchas veces esta se encuentra sesgada. Nosotros
mismos muchas veces sesgamos la información que queremos leer, aquella que va
contra nuestra visión del mundo nos provoca rechazo y la ignoramos. Y esto es
algo que un periodista debe evitar al consultar sus fuentes. Aunque no te guste
lo que lees, debes ser capaz de analizarlo y aceptar, si fuera cierto, que la
información es fiable y de buena calidad.
Por otro lado, una vez somos
capaces de utilizar todas las fuentes válidas posibles, hay que centrarse en el
texto. Los problemas no tienen por qué aparecer únicamente en los textos que
consultemos, también surgirán a medida que escribimos. Es importante encontrar
un tono acorde a la noticia, que nos permita ser formales, pero a la vez
divulgadores. La sociedad debe estar correctamente informada sobre temas que le
implican, por lo que nuestro deber es ser un canal de información óptimo. Aunque
se trate de un tema científico, tenemos que comunicarnos bien, simplificar la información,
pero sin caer en falacias. En definitiva, no sólo ser buenos periodistas,
también buenos divulgadores.
Y luego el resto de situaciones
bien conocidas por los redactores de noticias: evitar faltas de ortografía, ser
claros y concisos, tener un documento bien redactado… Todos ellos, incluido los
dos anteriormente comentados, problemas que se van a resolver con un trabajo
exhaustivo, con multitud de revisiones y probablemente con lecturas de
personajes ajenas al trabajo en sí. Una especie de revisores, un tipo de lector
beta.
Con estos ingredientes, es más
que probable que encontremos la clave para publicar un buen reportaje, una
tarea útil e informativa. ¿Seguimos adelante?
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