Vivimos en un mundo que poco a poco está dando pasos hacia una tumba. Pero no hacia una tumba cualquier, hacia nuestra tumba. Y lo peor de todo es que somos nosotros quienes lo están enterrando. El planeta seguirá ahí por muchos milenios, es fuerte, estable y duradero, pero nuestros cambios suponen una auténtica puñalada a nuestra existencia. El aumento de la temperatura global, el deshielo de las grandes masas polares, el correspondiente aumento del nivel del mar, sequía, hambre... Ingredientes necesarios para no tener un agradable futuro. Cada día más gente está de acuerdo en que la ciencia se estipula como la única salvación antes de que sea demasiado tarde. Debemos recurrir a energías que no emitan gases de efecto invernadero, debemos buscar métodos que nos permitan controlar la temperatura global y muchas cosas más. Todas ellas fruto de la investigación de los denominados científicos. Sin embargo, aunque a priori pueda parecer una tarea fundamental en la que todos deberíamos ...